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Frases y citas de nuestro Señor Jesucristo - Mensajes del evangelio de la Palabra de Dios


Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo el que es de la verdad oye mi voz.

Yo para esto he nacido y venido al mundo, para dar testimonio a la verdad, todo el que es de la verdad oye mi voz.

La luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Él estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no le conoció. Él vino a los suyos, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais

Todo el que comete pecado es esclavo del pecado, a veces el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo queda para siempre, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres.

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.

Conoce la verdad y la verdad os hará libres.

Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos no ser que entran por ella.

Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino por mí.

Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Yo soy el pan de vida: el que a mí viene, nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed.

El que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.

Nadie puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas serán agregadas.
Como el pámpano en sí misma no puede dar fruto si no está en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que permanece en mí, y yo en él, ése da mucho fruto, porque separados de mí no podéis hacer nada.

El ojo es la lámpara del cuerpo. Si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si él es malo, todo tu cuerpo estará lleno de oscuridad. Si la luz en ti es oscuridad, la oscuridad es inmensa.

Vosotros sois la luz del mundo.

Vosotros sois la sal de la tierra.

De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

De cierto os digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

Estoy de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás en el camino con él: no sea que el adversario te entregue al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que saldrá de allí de ninguna manera hasta que hayas pagado el último céntimo.

De cierto os digo, que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros, el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.
Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá, y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.

El que cree en el Hijo tiene vida eterna, la cual, sin embargo, desobedece al Hijo no verá la vida, sino que permanece en la ira de Dios.

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento, y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Nadie ha subido al cielo, sino aquellos que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que se quedaron allí. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

El que cree en mí hará también las obras que yo hago, y hará mayores que éstas, porque yo voy al Padre, y todo lo que pidiereis en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo . Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: mas os he llamado amigos, porque todo lo que oí de mi Padre os lo he dado a conocer.

No me elegisteis a mí sino que yo os elegí a vosotros para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: que os améis los unos a los otros.

Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él.

¿Qué es lo que quieren que los hombres hagan con vosotros, así también haced a ellos.

Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.

Nadie puede servir a dos señores, porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios ya las riquezas.

Id y enseñad a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he enseñado.

El que a vosotros oye, me oye, y el que a vosotros desecha, a mí me rechaza Me.

Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana.

Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre. El Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede contener ... Se instruirá a toda la verdad.

Padre, quiero que donde yo estoy, para mí también son los que me han dado.

El que cree en mí, no estará solo.

Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo.

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