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El que se enaltece será humillado - La Palabra de Dios


9 habló propuesto esta parábola a unos que confiaban en sí mismos como justos, y despreciaban a los demás:
10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo y el otro publicano.
11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta: Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano.
12 Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
13 Mas el publicano, estando lejos, no alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador!
14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

Lucas 18:9 al 14

Gracias Señor Jesucristo por Su Palabra nos abrió los ojos. Gracias Señor Jesús porque estábamos ciegos y ver ahora.

El mundo nos ha enseñado que debemos ser más fuertes, mejor preparados, competitivo, ganador, campeón, sanados, moteado, hermoso y maravilloso. La palabra de Dios nos enseña algo completamente diferente de todo eso.

La Palabra de Dios nos dice que no debemos confiar en nosotros mismos. En otro pasaje de la Palabra dice que el corazón del hombre, y dado engañosa y la corrupción.

Cuando el hombre se exalta, glorifica si ya no necesita la exaltación, la gloria y la gracia de Dios o porque se considera a sí mismo un hombre autosuficiente que procede de este modo termina por no tomar en consideración y el respeto y la misericordia ni la gracia maravillosa de Dios a sus hijos.

Ahora! Si el hombre pudiera te glorifique a ti mismo o explicar delante de Dios el Padre, Él no tenía por qué haber enviado a sus profetas, y luego a su propio hijo amado, el Señor Jesucristo, que Él había hecho un sacrificio vivo por nuestros muchos pecados . Así, quien se ensalza será sin tener en cuenta el sacrificio increíble de Libertador Amarás al Señor Jesucristo hizo por nosotros.

Dios nos pide que no confían en nuestros pensamientos y filosofías porque no sabemos que no sabemos hacer y utilizar las bendiciones que Él pone en nuestras vidas. Dios nos espera cada vez que nos acercamos a Él con humildad, sencillez extrema confianza y sinceridad de corazón.

Acerquémonos a la gloria del Señor con todo el respeto que se les debe y la majestad de la ley. Día tras día se habla desde el fondo de nuestros corazones alabanza, gloria y aleluyas al autor de la vida, el Señor Jesús.

Amén y gracias a Dios.

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