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¿Cómo superar el mensaje de dolor, el resentimiento y el rencor Evangelio-la Palabra de Dios


Este es un tema muy complicado y por mucho que hablemos de ello siempre tendremos más que decir.
Por lo tanto, será mejor que ver a un maestro en el tema. Un Maestro no lo hace! Un médico! Vamos a pedirle su opinión y ver qué tiene que decir sobre este complejo tema:
- Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. - Lucas 23:34
No se sorprenda por la simplicidad de Dios. Él es tan cierto!
Cuando hacemos daño a alguien, cuando se maltrata a alguien, cuando son gruesos con alguien, cuando traicionamos a alguien, no sabemos lo que estamos haciendo. No somos plenamente conscientes de que estamos practicando la maldad y la injusticia en contra de otra persona. Si realmente sabíamos que no iba a hacer.
Lo mismo sucede cuando alguien nos hace daño, nosotros los asaltos, física y verbalmente, cuando alguien nos traiciona y nos humilla. Estas personas no saben lo que están haciendo esto por más de lo que pueden imaginar lo sepa. El hecho es que si podemos evitar y no cometer esos errores en nuestras vidas que sería muy bueno.
Sin embargo, vivimos en un mundo de pecado y están sujetos al padre del pecado. Estamos sujetos a ser movido por el enemigo de nuestras almas para actuar en contra de nuestra voluntad. Por eso el Apóstol Pablo dijo:
14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.
15 Por lo que yo no lo entiendo, porque lo que yo quiero, esto no es práctico, sino lo que aborrezco, eso hago.
16 Y si hago lo que no hago, apruebo que la ley es buena.
17 Ahora, sin embargo, ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18 Porque yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien: porque el querer el bien está en mí, pero no lo está efectuando.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero esta práctica.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
21 Yo hallo esta ley: que en mí, queriendo yo hacer el bien, el mal está presente en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así que yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado. - Romanos 17:14 al 25
Aquí hay un gran misterio:
Cuando llegue el día en que nos damos cuenta de que el mismo pecado que mora en nosotros es el mismo pecado que actúa en la vida de otro y que hace que se cometan los mismos errores que hemos cometido, hay que estar libre de heridas, resentimientos y rencores de la vida.
He de reconocer que no hay una parte fácil!
Pero:, todas las cosas son posibles para el que cree. - Marcos 9:23
Otra cosa muy importante sobre la manera de superar el dolor y el resentimiento es nuestra oración. El Señor Jesucristo nos ha instruido que debemos orar por todos aquellos que nos hacen daño. Debemos orar por nuestros enemigos.

Muchos pueden decir que esto es muy difícil, esto es absurdo.!

Realmente no es fácil, pero no es absurdo. Es una bendición de Dios para nuestras vidas. Cuando estamos heridos y heridos, sí, orar por nuestros enemigos. Siempre debemos orar por los que están en contra de nosotros. Esto agrada a Dios. Es nuestro deber y es muy bueno para nuestro bienestar físico, mental y espiritual.

Nuestra oración debe ser siempre pidiendo al Señor que Él, el nombre del Señor Jesucristo para enviar la vida de nuestro enemigo y transformar el maravilloso Espíritu Santo de Dios para llevar a la vida a su excelente trabajo.

Cuando oramos por nuestros enemigos que en realidad estamos haciendo un beneficio para nosotros como el mismo rencor y el resentimiento son un verdadero veneno para nuestra vida física, mental y espiritualmente. Además de orar por nuestros enemigos donde quiera que estemos en nuestro poder para perdonar las ofensas recibidas. hacerlo es mucho más fácil tratar con el dolor, la ira y el resentimiento.
 
Amén y gracias a Dios.

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